miércoles, 21 de agosto de 2019

share, V, El Ser UNO ~ ¿Siempre estamos pidiendo… Es correcto?

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El Ser UNO ~ ¿Siempre estamos pidiendo… Es correcto?


¿Cuándo levantamos una plegaria a Dios, realmente escucha?
 ¿Será que en medio de los 7 mil millones de habitantes, él pueda saber lo que cada uno le pide?
 ¿Si todos hablan diferentes idiomas, entenderá?
 ¿Cómo clasificará los problemas, por orden de llegada, por orden alfabético, por gravedad del asunto?
 ¿Irá atendiendo con un número de ticket? 
¿Deberán las personas hacer una fila para ser atendidos?
 ¿Cómo podrá tener la capacidad de escuchar, entender y solucionar millones de pedidos que del planeta Tierra le hacen?
 ¿Y cómo atenderá a los otros seres del universo?


Hace mucho tiempo atrás, conversando con una persona sobre Dios, dijo: Yo me imagino a Dios como una empresa, donde él es el presidente y tiene a sus empleados trabajando para él. 
Cuando llegan los pedidos son separados y clasificados por departamento y cada jefe de ese departamento se encargará de solucionarlo. 
Él no puede escuchar a todos, es imposible, así que delega los pedidos por orden de importancia, él solo tomará los más graves, trascendentales e insolubles, que pertenezcan a la empresa, pero no a sus empleados, para eso, tiene otros empleados que pueden solucionar y ordenar…


Esta respuesta no estaba tan irreal, ni descabellada. 
¡¡Dios, como una empresa!!. 
Pasaron los años y al comenzar a recibir el conocimiento de EL SER UNO, comprobé que lo que me dijo esa persona, no estaba tan fuera de lugar.

El universo está dividido en nueve dimensiones, las cuales tienen a la vez, nueve planos y estos nueve grados de existencia. 
El hombre pensante, tangible o intangible, se encuentra diseminado en esas realidades. 
Así pues, comencemos a entender y ver al universo como una gran empresa, donde todos los seres-pensantes trabajaban para ese universo de una manera u otra.

¿Qué sucede cuándo miramos al cielo, e imaginativamente oramos y pedimos a Dios por nuestros problemas? 
Estamos en pocas palabras, elevando nuestros ojos al presidente de la empresa, e imaginativamente le estamos pidiendo la solución de algún problema que nos afecta. 
No se lo estamos exponiendo, ni escribiendo, ni hablándole en voz alta, simplemente se lo hemos comunicado telepáticamente, creyendo que él lo va a captar, entender y solucionar.

Comenzando que el presidente de una empresa, no puede atender los problemas personales de cada empleado, él tiene que solucionar problemas mucho más importantes y globales, son aquellas necesidades que involucran a la empresa y si él no los arregla, el problema se puede convertir en algo mayor, puesto que afectaría el futuro de la compañía y de todos los empleados.

¿Ustedes se imaginan pidiéndole al presidente de una empresa que los haga ganar la lotería, que sus hijos consigan tal o cual trabajo, que el marido lo suban de puesto, que ustedes puedan tener una casa maravillosa y propia, tener una salud envidiable, mucho dinero, que el hijo pase el examen y entre a la universidad y millones de pedidos más?
Si realmente los contamos o los ponemos en una balanza, pesarían más que nuestro Sistema Solar.

Primeramente, por enseñanzas equivocadas y distorsionadas, los seres del planeta Tierra, se han acostumbrado a pedir. 
Piden por todo, es una comodidad que el hombre inventó y generó a través de sus necesidades, es inevitable, el sistema funciona así. 
Pagan y obtienen cualquier servicio por más raro, extraño e imposible que pueda ser. 
El sistema ha habituado a los seres, que pueden conseguir servicios extras y extraordinarios, simplemente dando dinero por ellos.
 Todo funciona así: Yo pago…Yo obtengo.


Consecuentemente por esta modalidad, las Religiones, Instituciones Místicas, Sectas, Hermandades, Congregaciones, Escuelas Esotéricas, metafísicas y más, no se han quedado atrás. 
Muchas personas cuando altruistamente, hacen una “Donación”, esperan, aunque no lo digan, que “Dios” les retribuirá de alguna manera. 
Si son personas “Buenas”, “Dios” les va a premiar por serlo. 
Si trabajan en algún servicio generoso o magnánimo, esperan que “Dios” les evite, enfermedades, mala suerte, problemas, disgustos etc.


Al trabajar para “Dios”…los va a proteger de todo mal. 
Siempre de alguna forma están “Cobrando” por lo que dicen, hacen y dan. 
Esta mala costumbre está tan arraigada en todos, que cuando se presentan los problemas, enfermedades y más, culpan a “Dios” por no haberlos cuidado por “Todo lo bueno que hicieron y por todo lo que se dedicaron y trabajaron por él”.


Lo peor de todo es, que al ver que “Dios” no les responde, está tan lejos y no los escucha, comienzan a pedir al “Hijo” pensando que tal vez como él estuvo por aquí, puede oírlos y entenderlos. 
Cuando ven que también no reciben la respuesta esperada, piensan en pedir a la “Madre”, como ella es mujer, es más comprensiva y puede mediar entre el padre y el hijo. 
Al final cuando piden y piden y no reciben, se dirigen a todos los santos, sobre todo a aquellos de las causas imposibles y perdidas. 
Como última alternativa, se encaminan a los seres elevados, encarnados o desencarnados. 
A los maestros conocidos.
 A los canalizadores, ya que ellos están más cerca y de cierta manera son medio-iluminados, porque reciben de otras realidades y dimensiones. 
Van a los cartománticos e infinidad de personas especiales, que les pueden solucionar sus problemas.


¿Qué significa todo eso? 
no solo le pedimos a “Dios”, le pedimos a todo el mundo que conocemos y que no conocemos… 
¿No es aterrador? 
¿Entonces, se estarán preguntando ustedes, a quién le vamos a pedir?... 
Respondemos:
 Le van a pedir a quién corresponda, siempre y cuando el pedido sea verdadero, dependiendo cuál sea la necesidad y el lugar dónde ustedes se encuentran.
 ¡¡Lo van a hacer si realmente es un verdadero problema!!. 
Si decimos que el universo funciona como una empresa, entonces, se van a dirigir a la persona adecuada y al especialista del problema.


Regresemos a la empresa y veamos cómo funciona. 
Primeramente quien se interesará en el problema de ustedes, no será el presidente, si no, será el jefe inmediato, siempre y cuando la situación sea grave y esté afectando de alguna manera, el trabajo y esfuerzo de ustedes dentro de la empresa. 
Otros problemas menores y sin importancia, ustedes los deberán solucionar, puesto que a la empresa no le interesan. 
Quién verá el esfuerzo y trabajo que ustedes hagan, será su jefe más cercano y él lo transmitirá a la persona adecuada, el cual tomará las medidas a favor de ustedes y así obtendrán las mejorías que desean.


Queremos decir, que los problemas lo deben encausar dependiendo de la necesidad. 
Si es físico: 
Tienen doctores, especialistas, expertos, peritos etc. en todas las especialidades y materias. 
Si es psíquico, están los parientes, amigos y médicos especialistas, que los pueden ayudar y encausar. 
Si es espiritual, entonces se encaminarán a la ayuda y realización del espíritu. 
Como ven todo funciona por grados, planos y dimensiones. 
De esta manera deben organizar y administrar sus vidas. 
Los problemas tienen que ordenarlos y colocarlos en su lugar y dependiendo de su prioridad, deben solucionarlos poco a poco y en la importancia que les corresponde.


Muchos problemas no necesitan la mano de “Dios”, estos pueden ser solucionados por ustedes, usando la inteligencia, el conocimiento que hoy en día está al alcance de todos. 
Hay que investigar el cómo, cuándo, por qué y dónde, porque cuando hay un verdadero interés, las respuestas y soluciones siempre llegan a ustedes de una manera u otra.


Imagínense si un empleado de una empresa se la pasara pidiendo y pidiendo, al presidente y a todos los empleados, como si él se mereciese todo. 
Pues no creo que exista una empresa que soporte eso, en algún momento tomarán las medidas necesarias para evitarlo. 
Ahora si el empleado es una persona: Justa, honesta, cumplidora, trabajadora, responsable y más, la empresa generalmente velará, ayudará y se interesará por él.


Si realmente, llevan su vida con consciencia, llegarán a la conclusión que la mayoría de los deseos que piden a “Dios”, no tienen ninguna importancia para la empresa llamada: Universo, son inútiles, superficiales e innecesarios. 
Estos deben evitarlos y no incomodar a nadie con ellos, porque ustedes los podrán resolver. 
Pero si tienen algún problema que realmente es grave y necesitan el apoyo de la empresa-Universo, entonces sí pueden pedirlo con creencia, porque la empresa se interesará en ustedes y los ayudará en lo que sea necesario, para apoyarlos y acompañarlos en la gravedad del asunto.

Veamos cómo funciona cuando hacemos un pedido a “Dios”:


Sabemos que vivimos en una Realidad Material y que paralelamente existe la Realidad Antimateria, dependiendo de la frecuencia y vibración (alta o baja) de nuestros pensamientos, formaremos en nuestro cerebro una empresa de pensamientos, estos se colocarán en orden y en la zona que les corresponde. 
Estas energías-pensamientos serán propiamente un gemelo de nosotros mismos. 
Todo se atrae y se rechaza en el universo, es una ley axiomática que funciona en perfecto orden.


La calidad elevada de nuestras energías-pensamientos es lo que nos permite comunicarnos con otras realidades. 
Estas energías, en la realidad en que vivimos, generalmente son una mezcla de frecuencias altas y bajas, así como son nuestros pensamientos. 
Cuando hacemos un pedido a “Dios” y este se realiza por un deseo del ego de baja frecuencia y vibración, estos solamente van a llegar a la zona tres y ahí se quedarán, son pedidos superfluos, materialistas, egoístas, insanos, perturbados, distorsionados, ambiciosos etc. ellos jamás van a trascender y llegar al conocimiento de grados, planos y dimensiones más elevadas.


Sin embargo si nuestros pensamientos son elevados, nuestros pedidos a “Dios” serán de alto nivel, puesto que son hechos con Amor, desinterés, utilidad, altruismo, nobleza, caridad etc. al ser de frecuencias y vibraciones altas, el pedido pasará por todas las zonas, hasta llegar a la Glándula Pineal, donde se encuentran las energías-pensamientos más elevadas de nuestro universo.


Al llegar ahí, son estas energías-pensamientos elevadas las que se encargarán de ayudarnos, lanzando al infinito y con mucha fuerza, nuestro pedido. 
Este llegará a la realidad más elevada posible, pasando por los grados (secciones), planos (Jefes), y dimensiones (Directorio) de EL SER UNO, hasta llegar a la presidencia de la empresa o sea, al Principio Único… “Dios”.


Ustedes se estarán preguntando… ¿Entonces los únicos pedidos que llegan a “Dios”, son las energías-pensamientos, más elevados?


Así es… Debemos entender, que nosotros tenemos un tesoro de infinitas posibilidades dentro de nosotros, el cual nos fue legado por nuestro creador. 
Este tesoro muchos no lo han descubierto, por este motivo piden y piden. 
Otros lo han descubierto pero no lo saben usar, lo despilfarran y al quedarse sin nada continuarán pidiendo, porque no entienden su valor. 
Hay aquellos que ya lo descubrieron, analizaron, estudiaron, conocieron, entendieron y lo están amando, porque a través de este legado, han aprendido que la existencia es eterna y que todo se basa en la propia Responsabilidad de vida y en: Las Leyes Universales de la Existencia.


La primera responsabilidad es: Con nosotros mismos. 
Significa, que tengamos la capacidad de resolver nuestros propios problemas, con todas las herramientas mentales que el universo nos ha legado, de esta manera comenzaremos a adquirir responsabilidades de nuestros Actos, Acciones y Pensamientos. 
Si el universo nos ha creado con inteligencia, capacidad, conocimiento, entendimiento, razón, raciocinio, lógica y más… es para utilizarlo y no para acomodarnos perezosamente… pidiendo y pidiendo a “Dios” para que trabaje a nuestro favor.


La segunda responsabilidad es: Saber y aceptar que la mayoría de lo que nos sucede, es formado por la Causa y Efecto-negativos que la mayoría de veces, nosotros mismos procreamos, pensamos y plasmamos en nuestra vida. 
Son efectos-negativos de una realidad primaria, los cuales están acumulados en las energías-pensamientos, cuyas consecuencias, redundarán en nuestra calidad y realidad de vida.


Y la tercera responsabilidad es: Despertar y Crecer. 
Significa que dejemos de pedir, cuando realmente sean deseos o motivos inútiles, donde nosotros podemos y tenemos la capacidad innata o aprendida para resolverlo, a través de iniciativas de trabajo y entendimiento que vamos adquiriendo, a través de las experiencias y vivencias. 
Resolvamos nuestros problemas con madurez y consciencia. 
Dejemos de ser niños que están siempre a la sombra de “Dios”, pidiendo y pidiendo como niños malcriados, caprichosos y mimados.


Dejemos de ser Niños-Hijos-Eternos de Dios, para convertirnos en
Colaboradores-Adultos de la Creación de Dios.


Solo así, siendo un Colaborador Adulto y un excelente empleado, la empresa: Universo, nos irá dando trabajos de mayor envergadura y responsabilidad. 
Nosotros iremos conquistando el lugar donde queremos estar, pero no lo obtendremos pidiendo y pidiendo, lo ganaremos dando y dando, demostrando que somos capaces, de esta manera, lo habremos ganado por…Merecimiento, constancia, honestidad, creencia, voluntad, conocimiento, entendimiento y amor…


Hay que dejar de pedir. 
Concéntrense en encontrar y analizar el mapa del tesoro, porque ahí encontrarán las respuestas que tanto han buscado. 
Las respuestas se encuentran dentro de cada uno. 
Nuestro creador nos legó todo lo inimaginable para ser seres sanos y felices. 
Todo depende del descubrimiento que hagamos del tesoro, el cual si ustedes lo buscan con responsabilidad y consciencia, lo encontrarán escondido en lo más profundo del alma.
 Cuando desencarnemos y nos veamos tal cual somos en el espejo de la vida diremos: Lo conseguí por mi propio esfuerzo. 
Lo construí con mis propias manos. 
He realizado el camino de mi vida, con Conocimiento, Entendimiento y Amor… Solo aquí entenderemos y sabremos que…


SOMOS ADULTOS Y QUE HEMOS CRECIDO
EN LA EXISTENCIA UNIVERSAL…



“Chacun pour soi, Dieu pour nous tous”

(Cada uno para sí, y Dios para todos)


Artículo escrito: Franca Canonico

Oración para el Amor

(Oración mandada por Alberto-Perú)

"Padre libramos grandes batallas, pero tú estás allí para nosotros.

Sentimos tu Amor, tu equilibrio, tu Paz.

Sentimos la confianza que nos inspiras a renacer sin dudar.

Sentimos el fluido energético que nos hace vibrar.

entonarnos a través de la disciplina simple de creer en Tí y no dudar.

Haz que "NOSOTROS" podamos actuar,

convencidos de la Fuerza y Alegría;

porque con estas virtudes emprenderemos

la ruta que anhelamos, para aprender a SER y AMAR.

Gracias, Padre."

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